Después de días eternos, jornadas exigentes, una casa que no se ordena sola, y un trabajo que no se detiene… a veces, llega la culpa.
¿Lo estaré haciendo bien? ¿Será suficiente lo que doy?
Estar disponibles con lo que somos y tenemos hoy – sin perfección ni exigencias extras – también es criar con amor. Porque cuando estamos en calma, entregamos calma.
La realidad silenciosa
Cada día madres, padres y cuidadores se exigen más de lo que pueden dar, con un trabajo intenso, tareas domésticas, culpas constantes y poco espacio personal, el ideal agota más de lo que inspira.
Y aún así, sienten que no es suficiente. La exigencia constante desgasta, nos desconecta del presente, nos hace dudar de lo que sí estamos entregando, y muchas veces nos impide disfrutar la crianza.
Pero es importante considerar que el bienestar también es sentir que lo que hacemos está bien, validar que no hay una receta única para ser mamá o papá, y ser auténticos en la crianza es fundamental.
¿Qué rol juegan las empresas en esto?
La cultura organizacional de una empresa puede ayudar o agotar más. Es importante que se tome conciencia de que la salud mental, física y emocional de los colaboradores impacta profundamente en la productividad de los mismos.
¿Cómo pueden hacerlo entonces?
- Con más flexibilidad para quienes necesitan ir a buscar a sus hijos sin correr.
- Con empatía con los tiempos de crianza, estableciendo horarios que permitan llegar tranquilos al pediatra o estar presentes en momentos importantes.
- Con espacios donde hablar de estos temas no sea tabú.
¿Cómo podemos ayudarte?
En Work&Balance desarrollamos talleres para acompañar a madres, padres, cuidadores, y también para ayudar a las organizaciones a construir culturas laborales más humanas y realistas:
- Comunicación efectiva con hijos/as
- Gestión de culpa y tensiones familiares
- Crianza realista y bienestar
- Límites, pantallas y vínculos familiares